miércoles, 8 de junio de 2016

30 minutos

Podría llegarte la muerte ahora.
Si en este preciso instante sucediera. Si empezaras a notar los síntomas de estar muriendo, la pérdida de vitalidad, la consumación de los sentidos, la espesura mental, la absoluta fragilidad, la desprotección, la vulnerabilidad...
De pronto te darías cuenta de que no tienes más tiempo,
verías que ya no tienes futuro,
que muchos planes y proyectos se quedarán por hacer,
que te vas a separar de todos tus amigos y relaciones.
Que vas a dejar atrás todo lo que conoces.
Que se agota tu tiempo.
Que paso a paso, con cada respiración, se acerca tu último aliento.
Y si en ese preciso instante en que vieras que ya no te queda tiempo,  te ofrecieran treinta minutos más, solo treinta minutos, lo darías todo.
Por comprar esos minutos entregarías todo lo que tienes,
absolutamente todo lo que posees por unos pocos minutos.
Aunque solo fueran treinta minutos.

Ahora, date cuenta de que no estás muriendo, de que estás vivo, de que tienes tus treinta minutos y muchos más.
De modo que vive, disfruta, sé feliz, aprovecha la vida, aprovecha el día.
Deshecha lo que alimenta el ego, vive la compasión, encarna tu verdadero ser. 

Porque aunque todavía no te haya ocurrido, a ti también la muerte te está esperando.
Y aunque te pueda parecer que aún queda tiempo, la cuenta atrás está en marcha.