domingo, 12 de abril de 2015

La captura de la mente

La cuestión principal es vivir sin sufrimiento. Debería ser el principal objetivo de todos los avances científicos, los conocimientos, las teorías, valores y principios sociales. También, tendría que ser la meta de todas las personas. Sin embargo, es curioso ver cómo muchas veces anteponemos opiniones, puntos de vista, apegos, creencias y demás a librarnos del sufrimiento
A menudo, nos regimos por...
valores aprendidos, inseguridades, opiniones y supuestas certezas para acabar viviendo una vida llena de insatisfacción, frustraciones, pérdidas y fracasos. Es poco frecuente encontrar alguien que pone como su primer objetivo la verdadera felicidad. En este sentido, meditar es para quienes tienen como principal meta una vida plena y sin sufrimiento.
Cuando observamos las experiencias en la práctica de meditación descubrimos que el sufrimiento viene de la mente. El sufrimiento se origina a partir de los estados mentales, las imágenes y pensamientos. La mente nos atrapa, nos hace ver el mundo de una manera y nos provoca comportamientos determinados. 
Vivimos condicionados por los constantes estados emocionales, ideas, imágenes, pensamientos, creencias y demás que se producen en nuestra mente. Sin ninguna elección por nuestra parte sentimos tristeza, enfado, deseo, etc., pensamos cosas positivas y negativas, nos vienen imágenes de personas, situaciones o escenas, etc. Todo ello sucede sin que podamos hacer mucho. Diversas circunstancias y condiciones activan distintas impresiones mentales que se presentan como ideas, imágenes y demás.
Hablamos de estados mentales positivos y negativos, pero el sufrimiento no está ahí. El sufrimiento no viene porque en la mente se haya activado un estado mental negativo. Esto es un importante matiz que poca gente comprende. Esperamos llegar a dominar la mente y alcanzar una situación en la que sólo haya estados positivos. Creemos que el problema son los estados que se producen en la mente. Sin embargo, el sufrimiento no es el estado mental negativo, el sufrimiento aparece cuando ese estado perdura, nos domina y nos condiciona. Dicho brevemente, el sufrimiento viene cuando nos captura lo que la mente produce. El sufrimiento es quedarse atrapado en un estado, imagen o pensamiento.
Es muy frecuente plantear el trabajo interior como un camino en que potenciamos emociones positivas y tratamos de erradicar lo negativo. Esto es muy importante y lo primero que necesitamos abordar. Necesitamos previamente calmar la mente para luego hacer un trabajo más profundo y liberador. Es preciso reducir la intensidad emocional destructiva y aplacar los estados de ira, rencor, apego, envidia, y demás. Cuando permitimos que los estados negativos nos dominen se vuelve imposible enfocar la atención con claridad en lo que nos sucede. 
En una primera fase ejercitamos la mente para que se habitúe a producir emociones positivas y pensamientos equilibrados. La práctica de la meditación nos ayudaría a potenciar estados como la gratitud, la compasión, el amor, la armonía o el perdón. Además, nos llevaría a considerar que todo es relativo y temporal, con lo cual dejaríamos de juzgar a las personas y comprenderíamos que las cosas sólo son verdad por un tiempo; veríamos que la realidad de las personas y cosas depende del punto de vista y la perspectiva que se adopte.
  Al plantearlo de este modo, muchas veces pensamos que el objetivo es dominar la mente y controlar los estados negativos. La enseñanza crea en nosotros la expectativa de alcanzar un estado mental puro y sin negatividad. De modo que cuando llevamos un tiempo en el proceso y volvemos a experimentar emociones destructivas sentimos haber fracasado. El proceso se llena de frustración, decepción y para algunos incluso de culpa. 
  La cuestión es que producir estados mentales positivos es necesario pero no suficiente. Es preciso algo más. Al principio, para toda persona que esté genuinamente interesada en vivir plenamente es imprescindible un cierto dominio sobre su negatividad, pero luego hay que dar un paso más. 
  El sufrimiento no está en lo que la mente produce sino en lo que hace. No está en que la mente produce estados de ira, deseo o miedo, por ejemplo. El sufrimiento viene cuando la mente nos captura con esos estados negativos. 
  El mayor peligro de la mente es su capacidad de persuasión. Nos pasamos la vida persiguiendo éxito, ganancias, reconocimiento, poder, control,  vitalidad, etc., ¿por qué? Porque pensamos que es lo mejor. Es decir, porque en la mente se producen pensamientos que nos dicen que eso es lo que hay que hacer. La mente nos dice que eso es lo importante o lo mejor en la vida. Lo interesante es que suena bien, lo que la mente nos dice suena muy lógico y razonable. Es irrefutable, quién se atrevería a cuestionar algo tan sensato y sugerente. Entonces, le hacemos caso a la mente y nos vemos envueltos en una vida en que se acumulan los fracasos, las pérdidas, la incertidumbre, las críticas, y demás; tanto en lo personal como en relación con nuestros seres queridos. Además, aunque ocasionalmente alcanzamos momentos de reconocimiento, éxito o placer, suelen ser demasiado efímeros y relativos.
  Nos quedamos atrapados en lo que se presenta en la mente, este es el problema. Las personas que han despertado a la realidad se diferencian de la gente corriente en algo fundamental, han escapado del poder seductor de la mente. Los estados, imágenes y pensamientos que la mente produce ya no les capturan. Esta es una de las diferencias fundamentales entre un sabio y una persona corriente. Para nosotros, todo lo que la mente presenta es la verdad, para los sabios es irrelevante. 
  Es decir, un ser despierto y evolucionado, sigue teniendo pensamientos y emociones negativas, como no podría ser de otro modo. La mente sigue funcionando. Pero le resultan tan  insubstanciales que es como si no existieran. Esta es la paz del sabio, el silencio interior. Cuando ya no nos dejamos capturar por lo que se presenta en la mente descubrimos un inmenso espacio interno de serenidad, apertura y creatividad. 
  Nuestro problema es que nos quedamos atrapados en ideas, formas de pensar, creencias, emociones, sentimientos, imágenes y conceptos. Todo esto lo produce la mente y duraría un instante si no fuera porque nos conquista. La mente nos captura y se alimenta de nuestra fe en ella. Si pudiéramos situarnos en el centro de nuestro ser y dejar de creer en la mente, todo esto que se presenta resultaría efímero, insustancial e irrelevante, y lo que es más importante, perdería la fuerza para crear sufrimiento en la vida. 
Como hemos comentado con frecuencia, la fuerza de las experiencias de sufrimiento depende del valor que la mente les da. Si dejáramos de creer en los pensamientos, emociones e imágenes producidos por la mente, el sufrimiento dejaría de tener poder. Sin fe en la mente, el sufrimiento se debilita y encoje, y deviene insubstancial. 
Este es el verdadero propósito de la meditación. Mediante la observación de las experiencias y de la mente llegamos a apreciar que las creaciones mentales sólo son interpretaciones posibles. Cuando despertamos la suficiente lucidez reconocemos que nada de lo que la mente manifiesta es la verdad y al reconocer esto podemos elegir. Alcanzamos la posibilidad de dudar de los pensamientos o estados emocionales. Tenemos la completa libertad de creer o no creer en las experiencias de enfado, adicción, insatisfacción, tristeza, desánimo y demás. La capacidad de elegir no hacerles caso y, en consecuencia, ver que se desvanecen y desaparecen de nuestra vida.

41 comentarios:

  1. Sigo aprendiendo.Muchas gracias Juan.Tus palabras siempre me conducen a la humildad y me retornan al camino, sin juicios, con agradecimiento y fe en conseguir obviar los contenidos mentales que aún sigo considerando importantes.No me puedo engañar,la vida es valiosa y dura un instante. ..

    ResponderEliminar
  2. El mundo necesita leer más artículos como estos y crear conciencia de lo importante que es trabajar este objetivo, resulta tremendamente útil. En Occidente al menos, aún seguimos malinterpretando la finalidad o meta de vivir sin sufrimiento como algo egoístas, parece que empeñarse o tener la determinación de no querer sufrir es de personas que se miran demasiado así mismas, nunca lo he entendido, es tan absurdo esta manera de pensar de la sociedad en general que aceptamos ser las victimas porque simplemente cuando nos pasa una tragedia o alguna experiencia negativa lo esperado por la sociedad es que suframos hasta límites insospechados, incluso llegamos a criticar fíjate esta persona con lo que le ha pasado y está bien. Lo que se lleva es sufrir y es lo aceptado (la cultura de la pena, solo hay que encender las noticias y ver el enfoque que dan muchos medios y como esto es fomentado. Me parece muy importante recordar las palabras de Ghandi "Be the change you wish to see in the world". Entendamos lo importante que es crear desde uno mismo esa determinación para poder ser mas capaces de ayudar a los demás, sufriendo somos poco eficaces.
    Gracias desde el corazón Juan.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me gusta lo que dices Cristina.Yo añadiría además que quizás antes de mostrarnos ante el mundo como liberados del victimismo debemos presentarnos con ojos nuevos ante nosotros mismos y autorizarnos a vivir sin sufrimiento.El autoconcepto es nuestro primer y mayor condicionante.Gracias

      Eliminar
  3. Una vez más una lectura y confirmar aquello de lo que uno ha padecido y padece.
    Desde hace años, bastante, me diagnosticaron TOC –trastorno obsesivo compulsivo-; en realidad solo doy mi veracidad a aquello que realmente yo he podido constatar respecto al poder de la mente, pensamientos repetitivos y constantes los cuales llega un momento, no un momento, una constante en la vida de uno en la cual el agotamiento de las compulsiones a seguir por esto escenarios imaginarios es brutal. Solo el tiempo nos mostrara la realidad para la cual otros pensamientos derivados se repetirán, miedos, angustias, etc… nos determinaran nuestro hacer de cada día. Sufrimiento.
    No me explico el porqué, pero solo ciertas lecturas de este tipo me hacen reflexionar. El juego de la astuta mente que mantiene con todos nosotros; se ha burlado tantas veces de uno que realmente he probado mil caminos desde la medicación hasta los excesos y no hay salida, le damos más poder, más fuerza a esta.
    Actualmente ya no tomo medicación de ningún tipo es duro pero solo sé que hay un camino, y la transformación de la distorsionada realidad del pensamiento por la cual nos identificamos a eso que llamamos YO y sus derivados. Lo único que sé es que a mí me empieza a funcionar con grandes esfuerzos y lágrimas.
    Gracias Juan por darme fuerzas en el camino.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Gracias Juan. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. La primera cosa que me impactó, y también lo primero que leí de budismo, fue una charla de mi maestro Lama Yeshe en la que hablaba de cómo nos domina la mente. Eso fue hace unos 35 años. Durante mucho tiempo intenté controlar la mente, y lo conseguí en cierta medida, pero fue un dominio de una parte de la mente con otra parte de la mente. Es decir, un conflicto interno.
    Algo cambió radicalmente cuando empecé muchos años después a "ver" los pensamientos. A mirar la mente desde otro lugar. Dejar de creer en la mente va por ahí, despertar una lucidez que observa pensamientos, emociones, imágenes y demás y ve que sólo- nada mas- son mente.
    Desde la mente no funciona.
    Tengo una TAREA para quien se anime:
    Imagina por un momento que dejas de creer en la mente; es decir, lo que piensas, lo que sientes, lo que imaginas. Dejas de creer en todo lo que aparece en tu mente durante todo el día (incluidas emociones).
    ¿Qué te hace sentir pensar en que eso ocurra. ¿Hay miedo, inseguridad, frustración, rechazo? ¿Qué te sucede? ¿Encuentras tus resistencias personales a dejar de creer en la mente?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En mi opinión lo más difícil son las emociones sin duda que,a pesar de los años de práctica a veces aún te atrapan.No crees Juan que los elementos y gunas que nos definen a veces son un obstáculo mayor para algunos?es decir,el fuego y la energía (rajas)lo tienen peor que el elemento tierra con un guna más pausado(tamas)...Supongo que en el proceso se trata de transformarse todos en energía sáttvica armónica.En cualquier caso,y mientras tanto :) yo me apunto a la tarea, sin duda. Gracias Juan!!!!

      Eliminar
  6. Se me olvidaba. Escribe. La tarea funciona mejor si escribes. Pero no solo una vez, sino unos días, hasta que llegues a lo más hondo de ti.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Juan, pero ¿qué escribimos? ¿Lo que siento cuando dejo de creer en todo lo que aparece en mi mente? ¿La idea es observarla desde fuera, observar todo lo que tiene dentro?

      Eliminar
    2. La propuesta es imaginar que dejas de creer en la mente en tu día a día. Escribes qué te hace sentir el PENSAR QUE VIVES ASÍ. Ten en cuenta que se trata de todo lo que la mente produce, incluyendo sentimientos y emociones positivas, estados espirituales, ideas geniales, etc. Lo escribes varios días hasta que descubras tus resistencias, tal vez miedos, rechazos, apegos, etc. Si es que los tienes.

      Eliminar
  7. Hola Juan,ya comencé a escribir.Y me viene genial esta tarea estos días.Me doy cuenta de que a veces determinados acontecimientos disparan emociones y sentimientos que son del pasado,es decir,creíste tanto tiempo en ellos que cuando reaparecen se apoderan de todo el espacio mente-cuerpo y cuesta ver que todo esto es mentira.Estoy de acuerdo con Mar en que para algunas personas (por su energía naturaleza o personalidad) es más difícil que para otras,supongo que lo debemos resolver meditando más,o siendo serios y escrupulosos en la práctica diaria.Mil gracias Juan por acompañarnos en este camino, a veces, por su incertidumbre, desconcertante.

    ResponderEliminar
  8. Como el que se desengaña de un amigo. Ese falso amigo que es la mente. Gracias.

    ResponderEliminar
  9. Es realmente asombroso la cantidad de atajos que nos muestra, sin esta inestimable ayuda estaríamos perdidos, dando vueltas a las cosas, durante cuanto tiempo? Qué bueno el esfuerzo que tiene como objetivo acabar con el sufrimiento, realmente mágico porque soluciona en el mismo acto tanto el "mío" como el de los "demás".
    Sin duda lo que habéis comentado es extraordinario y la práctica el mejor de los remedios.
    Gracias.
    PD (Si se puede.)

    ResponderEliminar
  10. Me doy cuenta entre tantas cosas de que..........................................................Cuando tengo experiencias que me agradan: éxito, reconocimientos, ganancias .. me apego y reconozco una fuerte resistencia a perderlas. En cambio, si experimento algo que mi mente califica como negativo o desagradable entonces quiero dejar de creer en la mente, y esta distinción o polaridad positivo/negativo refuerza la dualidad y la sensación de separación como yo autónomo e independiente......

    ResponderEliminar
  11. Yolanda, al leerte me he sentido tan identificada contigo, me ocurre lo mismo con las experiencias agradables, me aferro a ellos y encuentro resistencia a soltarlos.Observo la expectativa a la que nos aferramos de querer atrapar de manera permanente todo lo "bueno"y aquí si queremos creer en la mente Pero Juan, como hallar esa neutralidad para ver que no son verdad tampoco este tipo de experiencias, como ver que ningún sentimiento, reacción emocional ni pensamiento son verdad? Centrándonos en las creaciones de la mente según experiencias positivas, me surge es el amor una creación más de nuestra propia mente, desde la conciencia entonces es un fenómeno más neutro como cualquier otro fenómeno de naturaleza contraria(negativa)? Si la respuesta como me temo es sí, es como la sensación que siente un niño al descubrir que todo es mentira que los Reyes Magos son los padres, que no hay magia, no existe. Todo es como es, nada es bueno ni malo mejor o peor, eso tan solo son muchos años de condicionamiento.
    Gracias desde el corazón a todos por vuestros comentarios, gracias Juan.

    ResponderEliminar
  12. Gracias Juan por Dar y vislumbrar luces en el camino...

    ResponderEliminar
  13. Gracias Cristina.
    Sí, muchas personas piensan que dejar de creer en la mente es perder la magia, la vida se vuelve ni buena ni mala, sentimientos como el amor se vuelven algo neutro, etc.
    Todo eso es más de lo mismo, mente, imaginación, proyecciones basadas en apego a lo positivo. Aquí la cuestión es si queremos vivir en la verdad, cueste lo que cueste. Si somos capaces de abrirnos a algo completamente nuevo, inimaginable. Si podemos avanzar sin saber qué pasará, solo por amor a la verdad.
    No sabemos cómo es vivir sin creer en la mente, de modo que imaginar cómo será es otro obstáculo que se interpone.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Acabo de darme cuenta al leer la respuesta de Juan del engaño una vez más de la mente. Veo que seguía en la mente con el tema que planteaba del perder la magia, solo es una proyeccion mas basada en apego a lo positivo, una vez más creyendo la mente!!! Somos como espirales o bucles pesadísimos:)
      Que práctico y maravilloso que alguien te recuerde ese truco que nos juega otra vez la mente. Gracias desde el corazón Juan

      Eliminar
  14. Gracias Juan. Y gracias a cada comentario, ninguno me es ajeno. Viene a mi mente "seguir sufriendo o dejar de existir" y allí descando entre todos los obstáculos y el privilegio de sentirme acompañada.

    ResponderEliminar
  15. "Aprender sin pensar es desconcertante; pensar sin aprender es inservible. Tuve la experiencia de pensar todo el día, lo cual sirvió menos que lo aprendido en un instante". (Confucio)

    ResponderEliminar
  16. Mi pregunta es: ¿puede la mente soportar esta falta de relevancia?. Si todo lo conocido se borra a cada instante, ¿ dónde me sitúo ? Sin mente pierdo los parámetros, las referencias que me han sido ùtiles, para bien y para mal durante muchos años, se pierde el camino?

    ResponderEliminar
  17. Observo la fuerza de atracción que tienen las creaciones de la mente, son pegajosas. Si las dejas existir más de un segundo se apoderan de mi. Me cuesta salir de la mente. Mi principal resistencia es el rechazo hacia ella. Me paso el día “espantando” pensamientos como si fueran moscas molestas: “no sois verdad”, les digo. Y sé que estas moscas me parecerían irrelevantes si pusiera mi atención en mi ser; pero no lo hago. Supongo que me falta confianza o fuerza o honestidad conmigo misma o simplemente saber “Mirar desde fuera de la mente”, pero ¿cómo?

    ResponderEliminar
  18. Siempre he tenido una mente obsesiva que me atrapa.... Me atrapa y me hace sufrir.... Vivo en continuo conflicto..., en continua contradicción: lo que realmente soy y lo que mi mente es.... Observo a otros seres de luz y veo que no todos tienen estos problemas.... No todos tienen una mente obsesiva...; para algunos vivir es más fácil..., están iluminados... Yo tengo que aprender.... Lo conseguiré...., doy pequeños pasos hacia adelante y a veces grandes pasos hacia atrás..., pero pienso seguir trabajando para conseguirlo.... Escribiré...

    ResponderEliminar
  19. Cuesta, eh? cuesta, al menos a mí. Primero, he de estar muy atenta a reconocer las "propuestas" de la mente y darme cuenta de que solo son mente. Después, más atención para no engancharme a ninguna de esas ideas, emociones... Y así todo el tiempo. De lo que sí me doy cuenta es de que haciendo esto me evito mucho sufrimiento y muchos malos rollos. Creo que si uno consigue desengancharse y soltar todas estas "propuestas" debe de quedar un gran vacío. Pero sé que esto es un pensamiento. De la mente. Sigo en ello. Gracias Juan por poner estas tareas que nos hacen estar atentos.

    ResponderEliminar
  20. Gracias Juan por darnos este vislumbrar y gracias a cada uno, siento que quizás,de alguna forma ahí nos encontremos, en esa conciencia que nos hace salir de cada mente, tantos bucles, obsesiones, sentimientos, si puedo aprender a tomar distancia de cada idea, de cada… si, meditar, callar. Ojalá sea capaz. Gracias

    ResponderEliminar
  21. Gracias por vuestros comentarios,
    Cómo habéis podido apreciar observar la mente y querer dejar de creer en todo lo que nos muestra es un trabajo arduo y desagradecido. Miramos la mente, nos distanciamos un poco, puede que haya unos momentos en que no sucede la identificación, pero al poco tiempo ya estamos fusionamos en una emoción o pensamiento.
    Parece ser mucho más efectivo situarse en la conciencia misma, en la lucidez que sabe que hay pensamientos. De algún modo, eso tiene el efecto sorprendente de descubrir que ningún pensamiento es real. De modo que en lugar de intentar dejar de creer en la mente tratamos de hacer presente la conciencia misma y buscamos evitar resistirnos a su influjo. Nos hacemos presentes como conciencia misma .

    ResponderEliminar
  22. Supongo Juan que tu último comentario tiene que ver con saber que nuestra esencia está tan cerca que no habría que ir a ningún lado para encontrarla. Supongo Juan que quieres que dejemos de hacer, de aceptar, de rechazar, de movernos y nos quedemos calladitos de una vez :) dejándonos impregnar de la presencia de la conciencia...Supongo Juan que si eso es lo que somos debe ser más fácil de lo que lo hacemos pero sólo son suposiciones.Trataré de aprehenderlo.Voy a hacer todo lo posible.Por mí y por los demás.Gracias de corazón una vez más Juan.

    ResponderEliminar
  23. Parar, no Hacer, sin forzar. Permitir, con mucho cuidado "Relevancia en la Conciencia"

    ResponderEliminar
  24. No tengo palabras para agradeceros a todos este acompañamiento. Gracias Juan

    ResponderEliminar
  25. ...imagínenos que tras una etapa de contemplación en soledad y silencio, la semilla se hace fruto en cada uno de nosotros y el néctar que de ello desprende nos muestra; Majestuosa visión de la unicidad que se hace presente en la fusión de sus opuestos e interconexión de la expresividad de sus formas manifiestas e inmanifestadas. Imaginemos entonces, serenidad y paz en cada acción, en cada actitud ante la vida. Todo está bien tal cual se presenta, la vida es un florecer cada mañana al mirar con pureza la esencia de donde brota todo lo que acontece, dejamos de enredarnos en sus formas que nos atrapan, ahogándonos en sus fauces (que ello es mente). Imaginar el volar en libertad… y, todo ello, está aconteciendo ahora mismo, al permitirnos descansar en la simplicidad y sencillez del momento presente.

    Pero, reconocer mi inexistencia me descoloca de una creencia por tantos años arraigada.
    Quizás necesito seguir creyendo lo que la mente me cuenta como mecanismo de protección frente a lo desconocido, aun siendo sabedora, que precisamente lo que creo conocer es lo que en verdad desconozco, lo que la mente me cuenta. Entonces, no se trata de conocer desde la mente sino de vivenciar en Presencia la maravillosa expresión de la Vida que somos y ahí, el sufrimiento no tiene cabida ¡¡¡

    Gracias maestro por enseñarnos a volar en libertad,

    ResponderEliminar
  26. Saber que ningún producto de la mente es verdad me tranquiliza.
    Observo el proceso de identificación que se origina con las palabras, las imágenes, las emociones,…. Este proceso se hace más intenso en la comunicación con los demás, a veces tengo que respirar hondo para que no me arrastre. Intento situarme en la conciencia y todo va más ligero. Renunciar a la identificación me produce una sensación de aniquilamiento, entonces dirijo la mirada hacía el Espacio que se va creando y me doy cuenta del juego de la mente.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Inmaculada, cada vez veo con más nitidez que el otro soy yo. Puedo ser yo en mis facetas amables o reconocidas.Puedo ser también yo en todo aquello que no me gusto.Y puedo ser yo en lo que desconozco de mí. Por tanto, identificando ese yo en cualquiera de sus colores, versiones o disfraces tengo la base para relacionarme con el otro. El problema son los hábitos o recuerdos que hay que desactivar y nunca es bastante.El amor y la Compasión son los antídotos.Es mi experiencia .Un abrazo.

      Eliminar
    2. Gracias, Yolanda, por compartir tu experiencia. Es cierto que parece que todo fueran espejos.

      Eliminar
  27. Si...tendencias, inercias, enganches, vendrán como las huestes del Emperador a ofrecernos de todo... podemos decirles ¿qué haceis aquí? !!no os he llamado!!! .. veré que no son mias que van y vienen como esos huéspedes que aparecen en casa sin avisar ( estamos aprendiendo a ser unas buenas anfitrionas) en algún momento se me escapara alguna lagrimilla y enseguida aplicare una sonrisa verdadera y me entregare con todo el amor que tenga disponible con toda mi entrega y les agasajaré porque gracias a ellos estoy aprendiendo a dejar de sufrir porque gracias a ellos un día llegaré a vivir desde la verdad. Vendrán una y otra vez. . Elijo el recibimiento...Aprendo. Gracias a todos especialmente a Juan

    ResponderEliminar
  28. Gracias. Desafiante ejercicio ... :)

    ResponderEliminar
  29. Me siento agradecida por esta práctica.
    Ser consciente que ningún producto de la mente es verdad no me sorprende, me encaja con la locura que he vivido y que sigo viviendo. Dejar de creer en la mente resulta liberador. Sin embargo aprender a mirar desde la conciencia me resulta novedoso y veo cosas que antes no era capaz de ver, sobre todo las cosas más próximas. Me siento bastante tonta al pensar: “pero, ¿cómo no me he dado cuenta antes?”. Menos mal que esta apreciación es otra una invención de la mente.

    ResponderEliminar
  30. Gracias por este artículo estupendo, Juan, yo también me apunto a la práctica, gracias a todos los comentarios por compartir vuestra experiencia. Un beso

    ResponderEliminar
  31. Gracias por este artículo estupendo, Juan, yo también me apunto a la práctica, gracias a todos los comentarios por compartir vuestra experiencia. Un beso

    ResponderEliminar
  32. Acabo de encontrar este lugar y solo quería comentar que voy a visitarlo a menudo y doy las gracias a su autor por todos estos contenidos de gran valor.

    Gracias

    ResponderEliminar
  33. Es atrapante, tan ,tan real, nos negamos al cambio.

    ResponderEliminar