viernes, 6 de julio de 2012

Sanar tus emociones destructivas


Trae suavemente la emoción que sabes que te perjudica y, por tanto, la quieres trabajar. 
  Observa tu cuerpo y déjate sentir la emoción. No la rechaces no te culpes ni te juzgues por ello. Deja que la emoción ocupe tu cuerpo y respírala. Observa las sensaciones que te produce y reconoce el posible dolor que te hace sentir.
  Reconoce la situación o la persona por la que respondes así. Presta toda la atención que puedas y observa que dicha situación es pasajera, temporal y transitoria. Observa cómo todo ha cambiado en tu vida y esto también pasará y se olvidará. 
  Déjate sentir unos minutos la naturaleza cambiante del estímulo detonante de tu emoción.
  Ahora, observa todas las causas y condiciones que han intervenido. Especialmente, contempla lo que no has visto hasta ahora. Cuando adviertes detalles que no considerabas, la imagen de la situación cambia y la reacción emocional se debilita. 
Pon toda la atención y honestidad que puedas para descubrir cómo el detonante es un complejo de muchos elementos que se han juntado en un momento dado pero no hay nada objetivo y aislado a lo que reaccionar.
  Ahora reconoce los miedos, expectativas, necesidades, deseos y creencias que contribuyen a tu reacción emocional. Déjalos ir, no forman parte de ti, deja de permitir que te controlen.
  Finalmente, toma conciencia de la imagen que tienes de ti al reaccionar así. Reconoce que la respuesta emocional también está condicionada por lo que opinas de ti mismo, y que si tuvieras otra idea de ti reaccionarías de otro modo. Observa lo que piensas de ti y date cuenta de que puedes cambiarlo pues sólo una imagen ficticia y sin contenido que se formó en el pasado. 

1 comentario:

  1. El cambio permanente convierte todo en irreal e irrelevante,la emoción,tus yoes,la imagen del otro...sólo la presencia desapasionada del proceso te conduce por el camino auténtico de lo Real,de la Vida que eres.

    Gracias Siempre Juan.

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